martes, 2 de junio de 2015

#NiUnaMenos


Hace bastante tiempo que no escribo y espero que salga bien. Pero tengo la necesidad de hacerlo ahora, no sólo para “despuntar el vicio” sino también para ejercer mi “derecho a voz”, casi como si fuera una militancia cibernética, igual de válida que esa que ejercí en la calle durante un considerable tiempo.

Se darán cuenta que hoy no es la ficción el motor de mis líneas, para nada. De hecho, me exaspera pensar en esa palabra ante este contexto.

Son las 2:31, mientras escribo estas líneas y se convoca para mañana a las 17 una marcha para decir #NiUnaMenos.

Me vienen a la cabeza un montón de imágenes y pensamientos para plasmar en palabras que me están complicando la tarea, pero empezaré por el principio, si es que tiene alguno.

Primero, quiero reflexionar sobre esta marcha, porque me pone completamente contento, feliz o como quieran llamarlo, que se haga, porque significa que el camino de la mujer está siendo marcado por ellas por primera vez, a pesar de todas las heroínas de la historia. Hay una voz que se está empezando a escuchar y no es masculina, y eso me pone feliz porque marca que estamos evolucionando como sociedad, o no.

A partir de ahí tenemos la otra cara de la marcha. Si en la historia argentina tuvimos una gran Juana Azurduy, una Eva Perón, una Tita Merello, y la historia universal nos ha mostrado a Sor Juana Inés de la Cruz, que luchó contra los hombres, contra la locura de los hombres, como todas las nombradas y más, ¿por qué tenemos la necesidad de hacer una marcha mañana que se va a manifestar en varios puntos del mundo? Y ahí me invade la tristeza, porque siento que a pesar de todo lo que hemos evolucionado, y a pesar de todas las luchas que se han dado por la igualdad de género, que es lo que vamos a ir a pedir mañana, todavía falta más. ¿Qué más falta? ¿Qué más tiene que pedir una mujer para que la respeten como tal? Creo que podemos pensarlo en términos culturales y mi indignación seguiría. Acaso, ¿no se les ha enseñado a los varones como yo que una mujer no es un mero objeto?, ¿o es que yo nací en otra época y sin embargo muchos tenemos la misma edad?.

¿No se les ha enseñado a esos varones que una mujer en la calle no es un perro callejero al cual se le puede silbar y llevárselo a casa si uno quiere? ¿No se les ha enseñado que ninguna mujer les pidió su opinión sobre cómo se ve en ese momento ni les preguntó sus fantasías sexuales hacia ella? Parece que no, porque todavía veo a esos “machos cabríos” lanzándole sus más íntimos deseos con las palabras más impensadas, y clavándole una mirada acosadora a las partes más nobles de la mujer, como si fuera una pieza de museo.

A mí me dan asco esos tipos que todavía hoy hablan de “feminazi”, cuando más de una vez se la rebajó a la mujer a los actos más grotescos y salvajes en toda la historia, y ahora que tiene voz se la condena.

A mi me dan asco esos tipos que te dicen que la igualdad de género no existe y las mujeres deben estar lavando sus mugres.

A mí me dan asco esos tipos que retan a sus hijos varones y les dicen “dejá de llorar como una nena, parecés un maricón.” No sólo porque les fomenta la homofobia, sino porque también crea bestias que pueden terminar generando un caso de violencia de género.

A mí me dan asco esos tipos que apenas nace el varón los hacen socios de un club de fútbol, le encajan el carnet, la pelota, un auto, pero no un arma porque “¡Oh, eso es malo!, sólo para que salga el macho más macho de toda la ciudad, porque sería una deshonra tener un hijo puto.

Por mi parte, a ese padre le diría que lo deje elegir y que lo deje ser libre en cuanto a todo lo que le gusta. Si quiere hacer de él una buena persona, que le regale libros, consejos y la máxima de que a la mujer no se le pega, no se la insulta, no se la rebaja, porque esa mujer puede ser su madre, su hermana, su tía, su abuela, etc.

Varón, macho, flaco, capo, campeón, maestro, mostro, a vos te digo que capaz estás leyendo estas líneas, a vos que sos todos estos adjetivos, que pienses bien mañana, ahora, siempre, cuál es tu forma de actuar ante ellas. Pensá que si tenés una compañera de trabajo, la remó el doble que vos para estar ahí, porque antes hubo toda una historia y toda una lucha de conciencia sobre igualdad de género para que llegue ahí, y que la lucha estuvo porque del otro lado estaba la resistencia de los hombres a que la mujer avanzara. Pensá que recién a mediados del siglo XX empezó a votar la mujer en Argentina y que su inserción en el mercado laboral y en la política sigue estando plagada de malas experiencias, porque muchos abusan de la necesidad económica de ellas.

Sólo pensá qué pasaría si en un futuro tu hija va a una entrevista laboral y sufre acoso. O si tu hermana, tu hija, tu madre, tu esposa tienen que escuchar las mismas cosas que vos le gritas a una mujer en la calle, pero por parte de otro hombre por el solo hecho de que está usando pollera ¿Te molestaría? Imaginate a ellas.

Antes de terminar quiero que te pongas un segundo en su lugar, y me digas qué sentirías si vas por la calle y las mujeres te dicen piropos subidos de tono, te tocan la cola, te cierran el paso, te tocan bocina, etc. ¿Te gustaría? No lo creo.

Por último recordá que si usa pollera no es para que la violes, si te mira no te está incitando a nada; si usa escote no es porque quieres que le mires nada. Nada de lo que ella usa es para vos, porque vos no sos el centro del mundo y si quiere decirte algo, te lo va a decir.

Yo sé que es una lucha larga, que falta mucho y que hasta que las cosas terminen de cambiar, van a seguir muriendo mujeres porque este flagelo no se termina de buenas a primeras, lamentablemente, pero tampoco este miércoles me voy a olvidar de todas ellas que murieron a manos de bestias hijas de puta que se creyeron dioses por un rato y eran simples ratas, como muchas que todavía andan sueltas.

Por eso, exijo la utilización de la figura de “Femicidio” en todos los caso que sea necesario, la ley de emergencia nacional por violencia de género, el aumento presupuestario para la ley que resguarda a la mujer víctimas de violencia, y la ley de aborto seguro, legal y gratuito entre otras reivindicaciones.

·         Si nos tocan a una, nos tocan a todas

·         Ni una menos.