jueves, 13 de agosto de 2015

Llamada entrante

-¿Qué hacés acá?
- Si vos me llamaste, no hace falta que te lo explique.
- ¡En ningún momento marqué tu número!
Efectivamente el celular decía que el último número registrado era ese.
-¡¡Pero jamás hablé con vos!!
- A veces, las llamadas no sólo se hacen con teléfonos. Desde que te levantaste que estás pensando en mí.
Cuando estabas cepillándote los dientes te acordaste que nos gustaba hacerlo juntos por el simple hecho de hacer que la mañana no fuera tan trágica haciéndola juntos. Después, cuando tomabas el habitual café negro porque la leche no te gusta, y mordías la tostada, te acordaste de mí porque yo siempre le ponía queso a las tuyas sabiendo que no te gustaba por el hecho de hacerte enojar, y terminaba diciéndote que así me gustabas más.
Cuando almorzaste me trajiste otra vez porque te acordaste de las charlas que teníamos cuando comíamos. Hoy lo hiciste en soledad frente al televisor para dejar de atormentarte, pero no pudiste.
Son las cuatro de la tarde y vine porque atendí tu llamado, porque yo también te extraño, pero que me hayas tenido tan presente en tu vida ha hecho que las horas sean menos eternas y que mis ganas de verte hayan sido más fuertes.
Acá estoy. Podés decir lo que quieras, o nada, y continuemos el día tal como siempre lo hacíamos.