Veo un par de fotos, notas en los noticieros, y pienso...imagino qué es lo que pasó en nuestro país, nuestra ciudad, aquella que una vez en la vida brilló por el futuro prometedor que tenía. Miles de políticos se llenaron la boca hablando de la importancia de la educación en un país y muy pocos hicieron algo por ella.
Para aprobar el ingreso al Nacional de Buenos Aires, uno de los requisitos es saber analizar Juvenilia de Miguel Cané, un libro fundador de las bases de la educación en el país. En él se cuenta lo que pasa en el colegio mientras el autor estudiaba en él y suena tan distinto leer que en parte de esos años, fue provocada una revuelta que fue rápidamente extinguida por las autoridades, y hoy ver diariamente por televisión que alumnos de diferentes colegios porteños toman los colegios que se caen en pequeñas cantidades.
Uno puede estar a favor o en contra de lo que los chicos hacen pero estamos todos de acuerdo que de una forma u otra esos futuros profesionales quieren que la dignidad vuelva de una vez por todas a las aulas. No puede ser comprendido que muchas veces haga más calor en los patios que en las aulas. Se llega a un extremo en que los profesores tienen que estudiar con abrigos porque ni siquiera las ventanas tienen vidrios. Lo peor es que todavía se siguen construyendo escuelas, algo a lo que todos nos preguntamos"¿Para qué?". Lo mejor sería que todo el dinero que se hace para esos colegios que no se terminan más, se utilice en la mejora de los edificios que ya están.
Muchas cosas pasarán durante los años que quedan por delante, pero lo cierto es que debemos aprender a escuchar desde el primer momento a todos aquellos que dentro de un aula se instruyen para poblar y guiar al país cuando ya no estemos.
viernes, 3 de septiembre de 2010
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